martes, 31 de mayo de 2011

VII


Mi hermano dibuja, bien o mal, pero le gusta. Mi hermano es un enfermo de la computadora, yo también, pero hablamos de él. No le quedaban muchas opciones más que comprarse una pizarra digital. Llegó con una caja cuadrada entre las manos y ni siquiera cerró la puerta: corrió hasta la computadora, se le hacían agua los ojos, desarmó el paquete, conectó: cerrá que hace frío. Por favor, se dice.
 Una docena de dibujos en un par de días, todos como fondo de pantalla a su debido tiempo. Cuando me senté yo, había una chinita en toda la pantalla. En realidad a la izquierda, abajo, solamente. A ver: un cielo gris muy oscuro y nubes, pasto, una nena mirando el piso pero evidentemente oriental, el vestido también negro, una cinta roja y un oso de peluche decapitado. Atrás, la cabeza sola. El mismo morbo y lugar común que duraba cuando apagué la computadora.
Lo que sigue lo digo en presente, para que se entienda un poco mejor.
Dije, aprieto el botón de apagado y me voy a lavar los dientes. Me afeito, voy de cuerpo, me acuesto: siempre el zumbido de fondo. Generalmente tarda en apagarse, como cualquier aparato viejo. Cierro los ojos, pero el ruido se mete por los oídos: quince minutos me parece demasiado. Me doy vuelta, ni ganas de prender la tele: son las cuatro de la mañana, la hora de las mejores películas, pero las más difíciles de ver. Me tapo la cabeza con el acolchado, me cago de calor: ruido de mierda. Igual no es por el calor, es porque no me bañé y apesto, no aguanto respirarme, por eso me destapo: un grillo eléctrico.
Salgo de la cama, camino, la computadora sigue prendida, no hay dudas, miro: fondo, cielo, pasto, cabeza. No hay china, ni japonesa. Ahora no me animo a apagarla y escucho más ruidos, desde la escalera, abajo. Busco huellas en el piso y, aunque no las encuentro, acerco una de esas banquetas que se abren con dos o tres escalones. La acomodo adelante del monitor, por las dudas.
Agarro la pizarra y vuelvo a la cama.
Me acuesto con la luz apagada, levanto las piernas  y, aunque no enchufo nada, apoyo la tablita y dibujo una Espada del Augurio.